JAIME FIERRO, UN ARTISTA PLÁSTICO QUE LE OFRENDA A MÉXICO SU TRABAJO VISUAL
ENTRE PAUSAS
GABRIEL AVILES
Hace algunos años, conocí al artista plástico Jaime Fierro en una exposición colectiva en donde su trabajo era de los que más destacaban por su trazo tan firme, por sus temáticas tan interesantes que representan las raíces de un pueblo. Nacido en Chile pero mexicano de corazón; desde su llegada a Cancún supo que ésta era su verdadera tierra; posteriormente, lo encontré en su Galería en Playa del Carmen y más recientemente se ha venido a vivir a Yucatán, por lo anterior, para mí es un honor entrevistarlo en esta ocasión.
La primera pregunta que le hago es: ¿Cómo nace tu pasión por la pintura y el arte?
Mis inicios fueron por la facilidad que tenía yo para dibujar y con tal motivo mi madre vio que era bueno para el dibujo y comenzó a darme material.
¿Qué motivaciones te impulsan a ser pintor?
Debido a mi disciplina y al interés por mi trabajo, se me dio la motivación para mirar hacia el futuro y saber qué era lo que deseaba en la vida. Definitivamente era ser pintor.
¿Qué técnicas manejas?
Después de trabajar varios años en el dibujo me decidí por la técnica de la acuarela la cual estuve trabajando intensamente con gran vocación a través de muchos años hasta obtener mi primera medalla a nivel regional en Chile. Participé en diversos salones a nivel nacional obteniendo medallas de primer lugar.
El gran Salón del Palacio de la Alhambra en Chile en 1987 se me otorgó la Primera Medalla del Salón Nacional de Acuarela, medalla de Oro. Después de ganar, viaje un poco a diferentes lugares de mi tierra y tomé la decisión de abandonarla.
Llegue a Brasil, me quedé durante los primeros siete años en San Paulo; ahí, cambie de técnica, tome el óleo como un recurso más enriquecido para trabajar la figura humana, una temática que no hice en acuarela, pero si, esa técnica permitía desenvolverme mejor como pintor.
¿Cómo llegas a México?
Fue hace más de 18 años, primero pase por la Ciudad de México, posteriormente, San Miguel de Allende, luego transite por Yucatán hasta llegar a Cancún y de ahí a Playa del Carmen donde me quede durante 15 años; pidiendo ayuda a los gobiernos que pasaban para hacer proectos y dejar mi obra establecida.
¿Qué sucede en Playa del Carmen con tu trabajo?
Hice eventos en Playa que para mí fueron memorables así como para la sociedad, sin embargo había un nivel de insensibilidad muy grande.
Esa realidad me trajo un acercamiento de venir a Yucatán, específicamente a Valladolid donde hubo la invitación de Leonel Escalante, encargado de la cultura vallisoletana.
Fueron otros años más que me afinque en esa ciudad. Decidí comprar un terreno y gracias a la ayuda de Escalante se consiguió en Ticuch. En la actualidad, estoy luchando por echar raíces en este presente para que el día de mañana sea una fehaciente realidad.
En tus trabajos veo imágenes de rostros mayas, ¿por qué?
Mi insistencia de trabajar mucho con los mayas es debido a que dentro de mí hay esa necesidad de mostrarlos.
¿Qué piensas de la crítica realizada a tu trabajo?
Es difícil dirigir el pensamiento de lo que uno quiere hacer sino de lo que tiene hecho, entonces, hoy día, mi tendencia es seguir lo que pienso de mi trabajo y no lo que la gente piensa. Mi sentido crítico es tan personal pero obviamente, el público ayuda pues aparece gente que sabe más que uno y sus palabras te hacen crecer y mejorar gracias a la posibilidad de cambio, pero, en este momento, me dejo llevar por mis impulsos y estados emocionales, lo anterior, espero que se mantenga hasta el final de los tiempos pues no es el centro de la obra sino el corazón de ella. Por supuesto, mantener siempre latente la sensibilidad.
La crítica del público tiene todo mis respetos, especialmente a los que admiran mi trabajo, mi técnicas, mis locuras también, pero, me siento altamente comprometido de no perder el estado de comunicación con la obra para que sea la verdad de mi profesión, la verdad de mi Ser.
En cuanto a la crítica especializada no puedo quejar, mis obras son respetadas y valoradas ampliamente.
¿Cuáles son tus proyectos próximos?
En la actualidad estamos viviendo a 8 kilómetros de Valladolid en Ticuch donde estamos haciendo una galería para el turismo con una atmósfera adecuada a nuestro presupuesto y nuestras condiciones, seguimos en la brecha y espero abrir este recinto en un tiempo indefinido pero certero.
Por último, ¿cuál es el legado de tu obra?
El legado de mi obra está en el resultado de algunas cosas que fueron hechas tal vez con un estado de concentración muy bien aprovechado, un estado emotivo a la alta, cuando tu mente y creatividad fluyen sin problemas. Consiguiendo un acuerdo emocional y físico que te permiten realizar algo que te dejen totalmente satisfecho.
De esa manera se puede calificar un legado, sentir que quedó plasmado algo que se puede escapar hasta de tu técnica, se adelanta y hasta uno mismo se impresiona del resultado final.