Editorial

Inventores o transfiguradores textuales – A Través de la Pluma

Inventores o transfiguradores textuales

Mariel Turrent Eggleton

A Través de la Pluma

 

Recientemente envié para corrección a mi maestro Carlos Torres unos textos que escribí hace muchos años y estoy recopilando para hacer una publicación electrónica. Entonces recibí un mensaje suyo diciéndome que Julio Cortázar tiene un cuento parecidísimo a El testigo—de mi autoría—, se llama Axolotl (un cuento diez veces más extenso que mi relato y que yo no conocía), y agregó: “Las malas lenguas van a decir que te lo fusilaste, pero no te preocupes, siempre hay envidiosos. Por ejemplo, entre la intelectualidad mexicana de la segunda mitad del siglo veinte, se decía que Carlos Fuentes se había fusilado Otra vuelta de tuerca, de Henry James, para escribir Aura, pero yo leí ambas novelas y nada que ver, aunque ambas son excelentes”.

Lewis Carroll, observa que, siendo limitado el número de palabras que componen un idioma, lo es asimismo el de sus combinaciones posibles, o sea, el de sus libros. “Muy pronto (dice) los literatos no se preguntarán ¿Qué libro escribiré?, sino ¿Cuál? Y Kurd Laßwitz, animado por el filósofo Gustav Fechner, imagina una biblioteca total, en la que existen todas las combinaciones posibles de los veinticinco símbolos (veintidós letras, el espacio, el punto, la coma) a los que se puede reducir el lenguaje y lo narra en su relato La Biblioteca Universal.

Para hablar de la originalidad de un texto tenemos que pensar en el autor. Me parece que el autor es quien le da la originalidad al texto porque está plasmando lo que percibe desde su propio ser y eso es lo único que puede salvar a un texto de parecer plagio.

Como dice Antonio Fernández Ferrer en Borges y sus “precursores”, todos somos transfiguradores textuales. Los escritores nos nutrimos, no solo de otros textos —que a su vez no son sino una reinterpretación de otras ideas—, sino que plasmamos las mismas acciones una y otra vez —como esboza Tzvetan Todorov—; las recurrentes funciones que desempeñan los personajes en los relatos —encontradas por Vladimir Propp en todas las narraciones— y los mismos veinticinco símbolos a los que llega Kurd Laßwitz.

Me parece que, así como las acciones, las funciones, y los símbolos, son finitos y sus combinaciones lo son también, los autores acabamos por repetir lo mismo una y otra vez, pero, idealmente, desde puntos de vista diferentes. Los dramas y las preocupaciones humanas desde siempre han sido los mismos. Lo que finalmente hace los relatos originales, es el bagaje del autor, todo lo que ha vivido y almacenado en su inconsciente y le hace interpretar lo mismo de otra forma.

A esto me gustaría agregar la aportación de Roland Barthes: el lector a su vez, como receptor del mensaje, dará su propia interpretación, que será diferente incluso en el mismo lector si lo lee en un momento o en otro de su vida. ¿Cuántas veces no ha sucedido que, en cierto escrito, tanto críticos literarios como lectores comunes encuentran significados e interpretaciones que el autor jamás tuvo la intención de plasmar?

La materia de la creación reside finalmente en la combinación de todo lo que el artista ha ido absorbiendo, de manera consciente o inconsciente, voluntaria o involuntaria en este viaje que es la vida. El escritor puede ser autodidacta y tomarse la escritura como un divertimento, sin embargo, eso no lo hará un buen escritor. La escritura puede no ser su única profesión (pocos escritores viven de lo que escriben) y mientras más distantes de esta sean sus aficiones más podrá enriquecer sus textos.

La originalidad habrá de buscarse en una aproximación distinta, en una aportación por pequeña que sea —posiblemente tomando algo de un lugar ajeno al tema, pero que, al relacionarlo, le da un nuevo sentido—, en la manera en la que decide plasmar lo que ve, en el punto de vista desde el cual lo aborda y por supuesto, en los conocimientos adquiridos en la materia, y la práctica de la teoría y la técnica. Porque como asegura Augusto Monterroso, muchos talentos se pierden por falta de refinación.

 

Dejo aquí la liga para quien quiera leer Axolotl de Julio Cortázar https://ciudadseva.com/texto/axolotl/

Y El testigo de Mariel Turrent http://cuentos1marielturrenteggleton.blogspot.com/2007/07/el-testigo.html

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