HOMOSEXUALIDAD EN LA LITERATURA
GABRIEL AVILÉS
A PULSO DE TINTA
Este próximo lunes 2 de diciembre a las 19:00 hrs., estaré en una mesa panel hablando sobre La Homosexualidad en la Literatura, contenido interesante poco hablado y poco tratado en los distintos eventos literarios que se realizan en México cada año, sin embargo existe y se escribe mucho acerca de éste; por ello, felicito a Miguel Manjarrez por ser el organizador de esta actividad que se efectuará en la Biblioteca Central Manuel Cepeda Pereza en la ciudad de Mérida.
Asimismo, un honor, tener como acompañantes para abordar este tema al propio Manjarrez, al Pbro. Raúl Lugo y al Dr. Pbro. José Viera; todos ellos, conocedores de esta literatura que aún en este siglo XXI sigue estando bastante velada por parte de la sociedad y los propios lectores, sin embargo, los literatos mexicanos que han escrito de ella son muchos, de acuerdo al ensayo La Literatura Homosexual que se halla dentro del Diccionario de la Literatura Mexicana. En este tratado mencionan a:
“En las últimas décadas, varios autores se han abocado al tema homosexual. Alberto Dallal publicó Las ínsulas extrañas (1970), Mocambo (1976) y Todo el hilo (1986); Rodríguez Cetina escribió El desconocido (1977) y Flashback (1982); Luis González de Alba presentó El vino de los bravos (1981), Agapi mu (amor mío) (1993) y Jacobo el suplantador (1988); Jorge Arturo Ojeda publicó la novela Octavio (1982); Carlos Eduardo Turón dio a conocer Sobre esta piedra (1981), y José Rafael Calva produjo el libro de cuentos Parte del horizonte (1982) y la novela Utopía gay (1982), donde presenta lo absurdo de la visión de los machistas sobre la homosexualidad. Con esta novela obtuvo el segundo lugar en el segundo certamen “50 años del Nacional”.
Como poeta, considero, importante ir a la Biblia para encontrar pasajes homosexuales que se justifica con la falacia es la relación del hombre con Dios cuando en la realidad y de acuerdo a investigaciones realizadas demuestran que es el amor de un hombre por otro hombre, lo anterior, se puede ver y profundidad en el Antiguo Testamento sobre todo en los siguientes escritos bíblicos: El pecado de Sodoma, Los Prostitutos Sagrados y en la Prohibición de Levítico.
De acuerdo, a los datos que he obtenido, los judíos no odiaban la homosexualidad como tal sino que para su pueblo era importante la procreación y la descendencia, para ellos, el esperma era sagrado y desperdiciarlo con otro hombre no era lo más adecuado para preservar a su pueblo.
Muy al contrario, en el Nuevo Testamento teniendo como protagonista a Jesucristo, éste rompió con las costumbres y tradiciones escritas por la comunidad judía; se puede decir que él como un hombre rebelde e hijo de Dios tenía la tarea de enseñar a amar sin prejuicios, en los cuatro evangelios se percibe a un Jesús que amaba a los hombres, a sus discípulos, tal como se escribe cuando es entregado por Judas con un beso en la mejilla.
Así podría seguirme con la historia de la literatura homosexual pasando por Grecia, Roma, la Edad Media, el Renacimiento donde la mayoría de los artistas eran homosexuales, en fin, la literatura homosexual es una constante en la historia, al referirme al término homosexual también me refiero a la literatura lésbica, una gran representante de ella es Safo.
Y en lo que más me agrada, la poesía, hay grandes expositores de este vitral literario, sin embargo, mis gusto por el texto gay inicia con Paul Verlaine, Rimbaud, Wilde, de México, la generación de Los Contemporáneos, García Lorca, Cavafis y una fuente interminable de autores que están muy bien cuidados en mi biblioteca personal.
En lo personal, mi poesía, la defino como erótica gay desde el libro Cartas para la Hoguera de 1999 pues en este poemario voy desgranando la verdadera esencia de mi trabajo lírico; sin embargo, los versos son tan sutiles que cualquier lector sin importar su preferencia sexual puede adueñarse de ellos.
Para finalizar reitero la invitación a esta mesa panel que se efectuará el lunes 2 de diciembre a las 19:00 hrs., en la Biblioteca Central Manuel Cepeda Peraza, entrada libre.