EL ARTE COMO MEDIO DE DIGNIFICACIÓN
LUISA ANDREA CANUL BRITO
ESPIRAL EN LETRA
Han existido circunstancias en mi vida artística que han marcado y dejado incógnitas taladrantes en mis pensamientos, pero sin duda alguna la más significativa ocurrió hace unos años mientras me encontraba en Barcelona haciendo unos cursos de danza y que hasta la fecha influye en mi quehacer dentro del arte.
Una amiga bailarina muy querida me invitó a una función de danza y no teníamos idea de qué veríamos, a qué nos enfrentaríamos y evidentemente hablando de danza la predisposición de ver cuerpos danzantes de bailarines virtuosos y hermosos no era ajena. Para nuestra sorpresa “todo rebasó nuestras expectativas”, estos bellos bailarines en escena eran profesionales –claro-, una compañía profesional pero de artistas discapacitados; esto llenó mi vida completamente y mis ojos al no dar crédito de lo que veían fingieron totalmente que el último bailarín que quedaba en escena, con ese cuerpo tan entrenado, delineado por sus músculos y que se transportaba de lado a lado por el escenario, comiéndose al mundo: “era invidente”.
Estas imágenes las llevo desde el 2015 en mi corazón, pero ahora con un pensamiento más crítico y con un emprendimiento actual (totalmente independiente) en el mundo artístico, visualizo las deficiencias en nuestro sector y lo lejos que estamos aún del tan mentado tema de la inclusión.
Conocí a Carmita quien es presidenta de Una Enseñanza con Amor A.C. en Villahermosa, pero esta vez me encontré con un panorama distinto, con un pensamiento amoroso y un discurso verdaderamente inclusivo, porque ella visualiza la discapacidad como una circunstancia a trabajar, con grandes posibilidades de cambio y está luchando por dignificar a este sector vulnerable ante una población que aún no se percata de las cualidades, las posibilidades así como del potencial a explotar; mientras en otros países las personas discapacitadas tienen un papel importante en el mundo profesional, aquí en México muchos siguen pensando que ellos solo sirven para hacer oficios de menor esfuerzo.
Todo esto vino como ráfaga fría, cuestionando ¿en qué posición está el sector artístico en nuestro país? ¿estamos influyendo para generar inclusión desde nuestra trinchera? ¿estamos interesados en la atención a estos sectores vulnerables, pero con miras a trabajos profesionales? ¿somos conscientes de los talentos artísticos discapacitados que existen en nuestro país? ¿reconocemos la importancia de abrir una brecha para que se manifiestan y tengan voz a través del arte? Y estas son algunas de las preguntas de las muchas que podríamos encontrar.
Sin embargo, lo importante no está en las cuestionantes, sino en darnos cuenta que aún tenemos un campo de posibilidades que atacar, que por medio de los artistas podemos dignificar y darles visibilidad a estas personas, que podemos considerarlos como seres capaces de alcanzar proyectos significativos, pero que sin duda alguna el primer cambio está en nosotros, en dejar de ignorar su existencia, de verlos como personas incapaces de lograr un desarrollo óptimo, por el contrario debemos comenzar a ayudarlos a alzar su voz, explotar su potencial y no tener miedo de llevarlos a un camino de éxito.
“Hagamos que sean y se sientan parte de esta sociedad: dignifiquemos su existencia”