Miles de australianos se han visto obligados ha abandonar sus hogares amenazados por los fuertes incendios forestales avivados por el clima extremo.
El peligro se centra en los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria, donde las temperaturas y los fuertes vientos favorecen la extensión del fuego.
Tan solo en Nueva Gales del Sur casi dos mil casas fueron destruidas por los incendios forestales esta temporada que comenzó en septiembre pasado.