MOTIVACIÓN O INTERÉS
CÉSAR IVÁN ESPADAS SOSA
POEMONTE
El interés es la emoción positiva más frecuente. Es el factor motivacional más importante para el desarrollo de habilidades, inteligencia y competencia. Es esencial para la creatividad.
La emoción del interés es diferente a la orientación de un reflejo como la experimenta un infante con hambre al ser tocada su mejilla con la mamila o el estímulo auditivo que reactiva la orientación de un niño de cinco días de nacido.
Estos son ciertos reflejos muy primitivos dentro de la escala del desarrollo del ser humano. Son instintos que todavía no se acompañan de los elementos emocionales más desarrollados, más elaborados, más humanos.
El interés a medida que el individuo va madurando se vuelve más complejo y forma el círculo interés-emoción-conocimiento, que cada vez se refuerza y retroalimenta más. El sentimiento que experimenta el individuo que está interesado es de excitación, de intento de investigación, de compenetrarse en algo, de extensión y de expansión del mismo ser y de información; de la misma información o nueva experiencia que ha dejado a la persona u objeto que ha estimulado este interés. Es un sentimiento de estar vivo y activo.
El interés ha sido esencial para la sobrevivencia biológica para mantener las relaciones sociales. Ha sido el soporte más fuerte en la unidad familiar, así como el vehículo que conlleva a los individuos a mantener mejores relaciones entre la pareja y aumenta a través de larga convivencia la “constante importancia sobre las cosas de uno y de otro, respectivamente”.
Son muy variables los factores que influyen bloqueando el desarrollo y socialización del interés del individuo; a este tienden a limitarlo en forma importante los factores socioeconómicos, la cantidad y la variedad de estimulación que proporciona el medio social, y la complejidad de la familia en términos de ocupación, costumbre, educación y otras actividades de sus miembros. Asimismo, la pobreza tiende a restringir la variedad de actividades constructivas disponibles para los individuos, por lo tanto, reducen las posibilidades de un desarrollo fuerte de interés y motivación.
Desde los cuidados del embarazo, la alimentación, los niveles educativos, así como el nivel económico, son factores determinantes para el desarrollo sano y adecuado de la motivación y el interés.
Si los padres por sus propias preocupaciones y sus propias necesidades y frustraciones, son intolerantes ante la motivación del interés del niño, toda la innata curiosidad y necesidades exploratorias serán restringidas e inhibidas. Los padres que son abiertos y receptivos a nuevas experiencias, con sus actos y palabras transmitirán actitudes similares a sus hijos. La motivación y el interés por lo tanto serán fuertes y libres.
En muchos casos y aun en contra de factores socioeconómicos desfavorables, con la apropiada dirección y guía al niño, se le puede conducir a la exploración de interminable variedad de objetos, lugares, personas y eventos infantiles para actividades creativas y constructivas.