Editorial

TANATOLOGIANDO – QUE PASA CON LA MADRE, A LA LLEGADA DE UN HIJO DIFERENTE

TANATOLOGIANDO 

LAURA SALAMANCA L. 

QUE PASA CON LA MADRE, A LA LLEGADA DE UN HIJO DIFERENTE

 

La ilusión con la que se espera un bebé es impresionante, comienzan a circular por la mente, imágenes de un niño sin rostro porque todavía no sabemos a quién se parecerá, aparece un niño jugando y nosotras con ellos llenos de alegría al tener en brazos a alguien que lleva nuestra propia sangre, nadie puede quitar de nosotras esa alegría desbordante.

Y llega la hora del parto y tiempo después, entra en la sala de recuperación, el médico que recibió a la criatura, pero ¿qué pasa?, existe un gran silencio entre los dos ya que por una parte el médico no sabe a ciencia cierta cómo abordar a la madre y la madre visualiza en los ojos del médico, que algo no anda bien, porque no entró como entra un médico normalmente a felicitar a la mujer que se ha convertido en madre.

Este es el momento más atroz que pueda pasar, cuando comienza una agonía. Esas ilusiones que la madre se había hecho estando embarazada se van resquebrajando y ahora comienza a contemplar otro panorama, ahora muy desolador y desesperanzador, su hijo nació con un problema y no podrá caminar, no podrá valerse por sí mismo……no podrá…..no podrá…..no podrá etc. etc. y la mente de la madre se llena de angustia y de dolor al mismo tiempo de miedo al no saber si podrá ayudar a su hijo o será demasiado para ella. Su vida no volverá a ser la misma, ese hijo que estaba esperando en la fantasía “no nació” sin embargo el niño de la realidad es él que ha llegado y ¿qué hacer entonces?, ¿qué pensar?, ¿cómo poder soñar?, ¿cómo mantener la mente en paz? cuando hay tantas cosas que hacer y si a eso le añadimos que no hay los medios necesarios para poder pagar especialistas, para poder acompañarlo en su travesía por el mundo, ¿morirá por no tener el dinero para atenderlo?, ¿me quedare sola?, mi esposo ¿me apoyara?, y ¿si se va?, y ¿si me deja sola?, ¿con quién realmente cuento?. y una serie interminable de preguntas sin respuesta, hacia sí misma. No poder dormir quizás después de muchas horas cada noche, y al despertar cada mañana, podría aparecer la misma incógnita, de que podría ser un sueño y cayendo la cortina del adormilamiento darse cuenta que todo es real y hay que estar al pie del cañón porque es una personita tan indefensa, y uno no puede darse el lujo de dormir mientras el niño/a puede estar requiriendo de nuestro apoyo y comienza la aventura del servicio médico casi de por vida, ya que parece que vivimos en el hospital, ya hasta las enfermeras y médicos nos conocen. Al ver que hay otros pacientes en semejantes situación o quizás peor, podemos relajarnos un poco y el estrés comienza a bajar, al estar hablando con la madre o el padre de un hijo que tiene problemas semejantes, poco a poco se comienza a formar una red de apoyo de los mismos pacientes por la regularidad con la que se encuentran en el hospital, eso es muy importante igual que con la familia que esté dispuesta ayudar, y con las instituciones por si hay que acudir a urgencias. Por otro lado en este tiempo y es casi urgente que la familia, se encuentre en terapia, psicológica, tanatológica y sobre los cuidados que requiere el niño, para poder aceptar la situación de una forma consciente y tomar las cosas con la mayor naturalidad posible, pero sobre todo con mucho amor.

En los casos en los que el esposo/padre huye, será labor de la mujer buscar sus redes de apoyo para poder liberar sentimientos y pensamientos en el inicio del cuidado. Estando yo, en hospital general en la Ciudad de México encontraba bastantes casos así, donde la familia era uniparental, ya que a raíz de saber que su hijo presentaba alguna discapacidad, o enfermedad incurable o tumor donde tuvieran que amputarle algún miembro, comúnmente el hombre sentía una responsabilidad que ya no era capaz de llevar a cabo y terminaba abandonando a la familia, siendo que la madre difícilmente puede conseguir empleo, estando la mayor parte del tiempo en el hospital con su hijo o teniendo citas recurrentes cuando se trata de terapia, y en pocos casos vi como el padre era el que estaba día y noche porque la esposa/madre los había abandonado por lo mismo.

Parte de la terapia es que se apoye al niño o joven en forma psicológica y tanatológica dependiendo de la edad y a los familiares habrá que dejarles muy claro que de ninguna manera pierdan su identidad como seres humanos, abandonándose al cuidado de su familiar solamente, trabajando la auto-responsabilidad, lo que trae como consecuencia, apoyar con plena consciencia, llena de cariño y amor y saber que lo que tenemos en las manos es una oportunidad para crecer como personas.  

El objetivo de todo tratamiento o terapia es: el que el niño/a conforme va pasando el tiempo sea lo más independiente que se pueda y que logre por sí mismo auto-responsabilizarse, primero emocionalmente para que con los años, no llegue na sentir que es una carga para nadie, llevando a cabo los procedimientos que la discapacidad le permita realizar y aprendiendo a como involucrarse en la vida ya sea en forma física, emocional y quizás pueda obtener algún trabajo, pero si su dependencia es total, quizás familiares, amigos, conocidos puedan apoyarlo y a veces la familia va creciendo con estos seres divinos que se acercan a estas personas discapacitadas haciéndoles olvidar su problema, incluso llegan a pertenecer a comunidades como los de síndrome de Down y llegan a casarse y tener hijos.

El pasar por la vida trae una enseñanza y será bueno darse cuenta que es lo que nos trajo de cualquier manera a habitarla y que con altas y bajas disfrutamos de estar aquí. Incluso los familiares tenían esa misión por eso fueron escogidos, todo es perfecto y nunca cambiaremos lo aprendido cuando llegamos al final de nuestra existencia

Sugerencia ver el video Playa y Montaña en YouTube

 

 “Conóceme por mis habilidades, no por mis discapacidades.” – Robert M. Hensel

“Si yo no podía ser como las otras personas, por lo menos sería yo mismo, de la mejor manera posible.” –                                                                                                                                    Christy Brown

 

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