Artaud en mis Tiempos
Alan Luna
Letranías
Inspirado del teatro y la peste de Antonin Artaud
El confinamiento hacía mucho tiempo que había comenzado, pero no era un confinamiento físico, aun peor que estar encerrado bajo cuatro paredes, estar encerrado en sí mismo sin ser conscientes de lo que uno mismo significa para la existencia del todo.
Ahora no somos más que una horda de bestias pujantes en la subasta del mejor destello lujoso.
Se incinera la casa de la enfermera que en primera línea de combate, mira de frente a la peste y reza a todos los dioses del mundo regresar a casa, cenar con su hija, y disfrutar la sonrisa de su nieto.
Sin embargo regresa a casa y encuentra todo consumido por las llamas… todas sus ilusiones… sus sueños… incluso esa sonrisa…
La perfección de la estupidez humana bien decorada al otro lado de la calle, la miran derrumbada y desbordando en llanto, nadie se inmuta, todos en el máximo auge del estatismo… hacen fila india de kilómetros y durante horas, parece un ritual chamánico que podría desembocar en batalla al conseguir hasta la última gota de alcohol.
Es aberrante esta situación, me dicen loco, me nombran deficiente mental, el mundo debería replantearse ¿Qué es la locura? La humanidad debería experimentar una visita a psiquiatría, todos tiñen de razón sus lenguas huecas.
Yo simplemente respeto las reglas y me encierro en mi mente, solo, solo conmigo mismo, solo como en mí mismo, buscando la pulcritud de mi pensamiento.