Más de 20 millones de personas viven con algún tipo de discapacidad en México, de acuerdo con datos del Inegi.
Durante mucho tiempo las personas con discapacidad afrontaron un profundo estigma social que las relegó, pero la percepción ha cambiado en los últimos años gracias a los esfuerzos de inclusión promovidos desde las familias, escuelas y sociedad en general.
Estos avances buscan derrumbar prejuicios y demostrar que las personas con discapacidad son capaces de participar plenamente en la vida social, cultural y laboral, aunque todavía falta por avanzar en ese sentido.
Inclusión de personas con discapacidad
La inclusión no solo implica garantizar el acceso a derechos básicos, sino también crear espacios donde las personas con discapacidad sean visibilizadas y valoradas.
Los Centros de Atención Múltiple (CAM), instituciones dedicadas a la educación especial, son ejemplo de esta transformación, organizando actividades que muestran el talento, la creatividad y la capacidad de los niños y jóvenes que atienden.
Un ejemplo reciente de estas iniciativas es el desfile cívico por la Revolución Mexicana, del pasado día 20 en Mérida, donde participaron alumnos, docentes y padres de familia de diversos CAM.
Desde la planeación hasta la ejecución, el evento fue un espacio de inclusión, creatividad y superación personal.
Alejandra Ceh Valencia, madre de Gío, un alumno del CAM San José Tecoh, compartió cómo esta experiencia significó un logro importante para su hijo y para ella misma:
“Desde septiembre estuvimos preparándonos. Me programé para poder apoyar a Gío con su traje, sus ensayos y todo lo necesario”.
Llaman a romper el estigma de la incapacidad
“Creo que es importante romper ese estigma de la discapacidad y demostrar que también pueden lograr cosas”.
“En el caso de los niños autistas, este día fue importante porque hubo interacción. Estas actividades ayudan a avanzar muchos pasos durante el transcurso de su vida. No es fácil, pero tampoco imposible.”
La maestra Elena de Jesús Mariel Alpulche, del CAM Oriente, destacó la creatividad que sus alumnos mostraron al participar como piñatas en el desfile.
“El año pasado ganamos con nuestras catrinas revolucionarias y este año decidimos innovar con piñatas”.
“Tardamos 15 días en elaborar los trajes de 28 alumnos, pero en total fuimos 80 participantes”.
“Estas actividades aportan mucho para los alumnos y nos dejan una gran satisfacción”.
Por su parte, el maestro Abel Osalde Solís destacó la importancia de la motivación y el trabajo en equipo.
“La disposición del maestro es clave, pero también la paciencia. Motivar a los alumnos, a los padres y entre nosotros como colegas hace la diferencia. Siempre una sonrisa ayuda a avanzar”.
Personas con discapacidad aún afrontan barreras
A pesar de los avances en inclusión, las familias de personas con discapacidad aún afrontan barreras significativas, como compartió Marvella Fierro Vera, madre soltera de un niño de 9 años:
“No ha sido fácil. Por ejemplo, hay sistemas de transporte que no quieren detenerse cuando ven a mi hijo en su silla de ruedas”.
“También las plataformas de transporte nos niegan el servicio al verme con mi hijo, pero no me rendiré, seguiré poniendo toda mi fuerza por él”.
“Cambió por completo mi vida; soy una mujer diferente que daría todo por mi hijo. Mi sueño es que se realice, pueda valerse por sí mismo y esté orgulloso de lo que es”.
Trabajar con niños con discapacidad, un aprendizaje
Maestras del CAM Diez, entre ellas Ana Blanca Ku, Aracely Guevara Tzab, Ileana Salazar Baeza, Francis Magaña Cardoso y Ariadna Guadalupe Medina Gómez, coincidieron en que trabajar con niños con discapacidad ha sido un aprendizaje continuo:
“También debemos ayudar a los padres a comprender que sus hijos tienen talentos que pueden desarrollarse”.
“Nos han enseñado sobre el cariño, la fuerza de motivación y la energía que los mueve.”
Este año, los alumnos del CAM Diez presentaron una pelea de gallos representada con peluches, las mascotas preferidas de los niños:
Necesaria más empatía con la gente con discapacidad
“Estuvimos tres semanas preparándonos. Los niños estaban emocionados, los padres motivados y, al final, aprendieron sobre la cultura y los eventos”.
“Esto demuestra que hace falta más empatía y trabajo para incluirlos en la sociedad, porque al final todos somos iguales,” concluyeron las maestras.
Actividades como estas no solo celebran la diversidad, sino desafían a la sociedad a cambiar sus perspectivas sobre la discapacidad.
La inclusión no es tarea sencilla, pero cada evento, cada esfuerzo y cada sonrisa acercan un paso más hacia un futuro donde todas las personas tengan las mismas oportunidades.
“Tenemos que seguir incluyendo, en todas las actividades, porque ellos pueden. Lo importante es abrirles las puertas y demostrar que la discapacidad no limita, sino que transforma”, apuntó la maestra Elena.