El primer aniversario de Biden en la Casa Blanca, que se cumple este 20 de enero, marca un hito agridulce para un mandatario que prometió unir al país y que ha tenido que gobernar en un ambiente de polarización extrema, con un margen mínimo en el Congreso para aprobar sus medidas.
La persistencia de la pandemia y los problemas de inflación y suministros han complicado aún más su tarea, sumados al férreo control del expresidente Donald Trump sobre el Partido Republicano, cuyos votantes todavía creen, en su mayoría, que Biden es un presidente ilegítimo.
Para juzgar el primer año de Biden hay que tener en cuenta que Estados Unidos tiene «un partido -el republicano- que denuncia un fraude electoral inexistente» en los comicios presidenciales de 2020, y «elementos de ultraderecha que han entrado en la corriente política predominante», dijo el experto en políticas Mark Peterson.
Según el profesor de la Universidad de California en Los Ángeles, Biden «ha conseguido más» de lo esperado, dado que gobierna con «un Senado partido en dos y una Cámara Baja» de estrecha mayoría demócrata. El presidente dará una rueda de prensa este miércoles para defender esos logros de su primer año, que incluyen la firma de un paquete de estímulo de 1.9 billones de dólares y otro de infraestructuras de 1.2 billones, unidos a la recuperación de la economía y la caída del desempleo.