La ceremonia de inauguración presidencial de Joe Biden estará fuertemente vigilada ante la amenaza de que grupos en favor de Donald Trump intenten obstruir su realización.
Todos los invitados fueron sometidos a pruebas de diagnóstico PCR y citados a las 08:30 de la mañana en un edificio del gobierno federal, desde el cual serán trasladados al Capitolio en vehículos oficiales bajo estrictas medidas de seguridad.
Las calles del centro de Washington permanecen cercadas al tráfico y al paso de peatones, bajo la atenta mirada de hasta 25 mil militares de la Guardia Nacional.
La ceremonia contrastará con otras por la ausencia de público en el National Mall, la enorme explanada entre el Capitolio y el monumento a Lincoln, donde fueron colocadas miles de banderas que representan a los estadounidenses.
